Saturday, March 2, 2013

Un poco sobre el difícil...

Por fin escribo nuevamente en español. Escribir y hablar en mi lengua materna es una terapia necesaria para la vida anglosajona que llevo en Canadá. Ya han pasado casi seis meses desde que llegué y todavía siento que algo me falta, más bien algo se me apaga, cuando tarareo en el lenguaje de ABC,  CBS y PBS.

¡Y ni hablar de cuando escribo en inglés! La forzosa edición a la que someto cada uno de mis escritos no los deja sin horrores ortográficos, pero sí sin un milígramo de personalidad. Y, para colmo, con una sintaxis totalmente castellana. En fin, confieso que tengo una relación complicada con el inglés, tan complicada que soy de las que aun dicen “me defiendo en el difícil”.
http://lajeringacubana.wordpress.com/2012/06/26/la-lengua-espanola/enda



El difícil

El difícil es como generaciones de puertorriqueños le hemos llamado al inglés. Generalmente, cuando algo es o está difícil, es porque da trabajo, no se entiende fácilmente, conlleva tropiezos y/o no fluye con naturalidad. Esta situación es normal cuando se aprende un idioma extranjero, pero en Puerto Rico el difícil es únicamente el inglés. Esta forma en que nos referimos a ese idioma evidencia la complicada relación que históricamente hemos tenido con esa lengua. Por años el gobierno de Estados Unidos intentó sin éxito que el inglés fuera el idioma hablado comunmente en la isla. Este fracaso ha sido entendido por algunos académicos como resultado de la resistencia cultural con la que los puertorriqueños  enfrentaron el proceso de americanización que comenzó luego de la invasión estadounidense en 1898. 








Admito que yo también le llamo el difícil. A pesar de llevar años estudiando la lengua inglesa, mis ensayos todavía contienen decenas de errores (¿horrores?) ortográficos y sufren de una sintaxis que tiene una eterna crisis de identidad lingüística. También adopto el término porque mi lengua le tiene una guerra declarada a palabras en inglés que empiezan con sh o ch, y continúan con  alguna combinación de las  vocales a, e, i. Las palabras cheap, sheep, chip, ship,  shit y sheet fueron hechas para confundir a los hispanohablantes. Es una conspiración total,  no hay de otra. Por otro lado, también tengo la sensación de que continuamente llamo guagua, o autobús, a mi jefe…  Se me hace imperceptible la  diferencia entre la pronunciación de bus y boss. 

Defenderse…

En Puerto Rico el inglés se enseña obligatoriamente desde el primer grado hasta el duodécimo en todas las escuelas públicas. Lamentablemente, esta enseñanza no ha tenido como resultado ciudadanos bilingües. Lo que sí ha producido son generaciones de puertorriqueños que entienden algo de inglés, pueden leerlo, y hasta escribirlo, si es necesario, pero no lo hablan. El problema real llega cuando hay que expresarse o hacerse entender en el “difícil”.  

El poder “defenderse” en el inglés va a depender mayormente de ese último aspecto, en no dejarse vencer por una fallida comunicación. Una persona podrá defenderse bien, o más o menos bien, en la lengua inglesa dependiendo cuán efectivo sea en comunicar lo que quiere decir. 

Hasta el gobernador de Puerto Rico se defiende:






Hoy en día no se puede explicar el pobre dominio del inglés en la sociedad puertorriqueña sin aceptar que en todo esto existe un problema de clases sociales. Normalmente, quienes dominan el inglés, provienen de la clase alta o media del país, asistieron a escuelas privadas en donde hay un mayor énfasis en el estudio de ese idioma y, posiblemente, tuvieron acceso desde pequeños a un sinnúmero de situaciones (viajes, música, cable tv) que los acercaron al inglés desde diferentes frentes culturales y de entretenimiento.

En fin, que el inglés sigue siendo el difícil para muchos, especialmente para personas que, al igual que yo, estudiaron en escuelas públicas, no crecieron viendo cable tv, ni pasaron los veranos en algún campamento en el coloso norteño. Por otro lado, habría que explorar cómo esta situación podría estar cambiando con los niños que hoy en día crecen teniendo acceso a ese idioma a través de computadoras,  juegos electrónicos e internet.

Mientras, yo continúo tratando de captar la diferencia entre el sonido de la ch y el de sh. Todavía me quedan unos meses en este país nórdico, la lucha es para largo…

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